miércoles, 2 de septiembre de 2009

Trazando caminos

Quizás no vuelva a construir humildes moradas, ni colmenas de hormigón donde hacinarse decenas de familias con vidas rutinarias viviendo a contrarreloj. Quizás no vuelva a ser víctima del estrés desenfrenado del día a día, pero hoy he sido capaz de recordar, entre tanto bombardeo de noticias pesimistas, que un buen día, hace casi veinte años, quise aprender a construir caminos, y por ello luché. Hoy haré mías las palabras de Machado:

“Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca perseguí la gloria,

ni dejar en la memoria

de los hombres mi canción;

yo amo los mundos sutiles,

ingrávidos y gentiles,

como pompas de jabón.


Me gusta verlos pintarse

de sol y grana, volar

bajo el cielo azul, temblar

súbitamente y quebrarse…

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace camino

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar…”


Seguiré pasando; seguiré andando aun sin haber camino, construyendo el mío propio; dejaré mis huellas...contemplaré, como cada día, las estelas en el mar...quizás algún día vuelva a construir, pero ya no en color gris, ya no en hormigón, sino en blancos lienzos teñidos de mil colores brillantes...volveré a construir las ilusiones ajenas y por qué no, haré realidad las mías propias.