lunes, 24 de agosto de 2015

De vuelta...

Hace unos cuantos años, y con esta misma imagen pero con otra cámara, decidí retomar la fotografía como modo de expresión. En casa siempre se habló de fotografía, de laboratorios y de revelados, hasta el punto que con catorce años, decidí aprender fotografía de forma autodidacta. Las cosas de la vida y las decisiones que una tiene que tomar, me apartaron de ella, hasta que un día, esperando dentro del coche y con una cámara compacta digital, miré hacia arriba y vi la Torre del Reloj (la quise fotografiar en detalle). En ese momento decidí que me compraría una cámara réflex (ya digital) y que retomaría este hobby que tantas satisfacciones me ha dado. Ha pasado el tiempo, y lo que empezó como hobby, se ha convertido en profesión, pero con la espinita de mantener siempre esta pasión con la curiosidad del que empieza, me he lanzado recientemente hacia la fotografía experimental, que no es otra cosa que rescatar los procesos químicos que se usaron en otras épocas e ir combinando, unos y otros, digital y químico, para obtener resultados únicos. Esta fotografía está hecha con una cámara estenopeica, con negativo de 7,8x12cm, y su valor reside en que, estando esperando en el coche, y con la cámara al lado, decidí repetir aquella toma que años atrás me devolvió la ilusión por la fotografía. Está hecha igualmente a través del cristal y con la misma orientación que la primera, si bien el coche es otro, aquella fue en invierno y esta en verano, pero la esencia y el significado sigue siendo el mismo: una me llevó a la fotografía digital y al mundo del pixel, de los raw y de los perfiles de color; la otra, a los orígenes de la fotografía, la cámara oscura y al "prueba-error" para obtener tiempos y exposiciones adecuadas. Supongo que ambas marcan un inicio.

jueves, 12 de marzo de 2015